La contabilidad pública implica registrar y analizar las transacciones financieras de una empresa para generar informes precisos y útiles para la toma de decisiones.
Incluye la gestión de la contabilidad financiera y gerencial, así como el asesoramiento en materia fiscal y financiera. Por otro lado, la auditoría consiste en la revisión independiente de los registros financieros y operativos de una organización para garantizar su exactitud y cumplimiento normativo.
Puede ser interna o externa y tiene como objetivo mejorar la eficiencia, reducir riesgos y garantizar el cumplimiento de las leyes y regulaciones. Ambas disciplinas son fundamentales para asegurar la transparencia y la integridad en la gestión financiera de las organizaciones.